Acoger a niños y convertirlos en hombres productivos para la sociedad, brindándoles amor, educación, amor, formación religiosa y un ambiente sano, libre de maltratos y violencias.
Formar hombres valerosos brindándoles a nuestro niños un ambiente de seguridad, estabilidad y amor, no para sustituir sus hogares o familias, sino para llenar vacíos que mitiguen secuelas de violencia, abandono o maltrato, logrando seres humanos productivos, con destrezas y actitudes humanas y religiosa.
Ser un hogar para niños, construyendo albergue que les permita un hábitat de tranquilidad, seguridad y calidad de vida, criados en un verdadero hogar como una familia proporcionándoles una convivencia de hermanos.